Alejandro Piscitelli decía: “Los alumnos que “triunfan ” en la escuela son aquellos cuya inteligencia se acopla al paradigma dominante … a lo que hay. Y muchos lo logran, pero otros no”.
Estas palabras se
adaptan perfectamente a Corea del Sur y a Colombia, cada país tiene un
paradigma dominante muy distinto, en extremos escalofriantes.
Hace aproximadamente
un mes, como profesores del estado de Colombia estábamos en una ciudad muy
distinta, Incheon y Seoul en Corea del Sur, y particularmente, era
desconcertante ver un país determinado por una visión oriental hacia el
desarrollo, sentando las bases del capitalismo en el sistema educativo público.
Ese país asiático
tiene todo lo que en un principio desea un profesor, primero que todo, una infraestructura física inimaginable en la primaria, en la secundaria,
en la preparatoria y en sus Universidades;
segundo, tiene una visión compartida entre los ciudadanos sobre la
necesidad de la educación en el desarrollo del país; tercero, aprovechan,
desarrollan y crean Objetos Virtuales de
Aprendizaje, así como también diseñan ambientes de aprendizaje usando las TIC
en sus aulas de clases y fuera de ellas; cuarto, utilizan un modelo de
aprendizaje de currículo hiperabierto y tecnológico; quinto, preparan permanentemente a los
profesores para mejorar sus prácticas educativas con el uso de las TICS. Por
último, no se registra un índice de deserción y al parecer no hay grandes
problemas de violencia en la escuela.
Pero en los parques
de este país, nadie jugaba porque todos los ciudadanos estaban trabajando o
estudiando. Parques solos e inhabitados. No existían los grafitis. Nadie tomaba
en la calle y no había indigentes, no
veías la violencia en la calle y sobre todo al parecer era una ciudad muy
segura.
En los salones de
clase los estudiantes de bachillerato no miraban a los extranjeros, sino
miraban fijamente al profesor. En los
colegios no escuchabas ruido, ni voces. En las empresas los empleados tampoco miraban a los extranjeros, sino estaban
concentrados en su puesto de trabajo.
Y bueno, vuelves a
tu realidad. Al colegio Fabio
Lozano Simonelli al sur de Bogotá en la localidad de Usme.
Cuando llegue había olvidado ese color café de la tierra, la arena y el polvo de las cercanías de la institución. Había olvidado por un momento los salones de clase, con sus paredes agrietadas, rayadas, descoloridas. Había olvidado los pupitres de diferentes formas, absolutamente horribles. Sus pisos, ninguna baldosa coincidía. No recordaba que los tableros estaban manchados e incluso muchas veces no se pueden utilizar. Había olvidado los computadores de la sala de sistemas, blancos casi obsoletos, otros negros de ya casi siete años de versión tecnológica.
Cuando llegue había olvidado ese color café de la tierra, la arena y el polvo de las cercanías de la institución. Había olvidado por un momento los salones de clase, con sus paredes agrietadas, rayadas, descoloridas. Había olvidado los pupitres de diferentes formas, absolutamente horribles. Sus pisos, ninguna baldosa coincidía. No recordaba que los tableros estaban manchados e incluso muchas veces no se pueden utilizar. Había olvidado los computadores de la sala de sistemas, blancos casi obsoletos, otros negros de ya casi siete años de versión tecnológica.
Me encontré a la
entrada con una pelea de estudiantes al frente del colegio con armas blancas,
encontré los gritos de los niños y también su risa, encontré a los mismos
profesores desencantados con su profesión, así como también, encontré a mis estudiantes a la expectativa de
mi regreso realizándome una fiesta sorpresa
de bienvenida de grado sexto con bombas y maíz pira. Y me abrazaba y me
decían que me extrañaban.
Aquí recordé cuanto
amo mi profesión y me hace feliz sentirme útil para hacer presencia en una
juventud olvidada, pérdida o acoplada al paradigma dominante de este sistema
educativo.
Lo triste es que encontré
la mediocridad en los procesos educativos a flor de piel. Un sistema educativo
público desangrado, desordenado, perdido y jerárquico. Profesores haciendo lo
mismo y con los mismos resultados. Una administración haciendo lo mismo y con
los mismos resultados.
Y es aquí donde
llegan los cambios, el propósito inicial
del viaje a Corea del Sur, es poder compartir los saberes y vivencias con mis
colegas y mis estudiantes. Ya realice la socialización en la semana
institucional con los profesores de la sede A, B y C, donde el impacto fue sorprendente, creando
al menos un desequilibrio en sus sentires educativos. En concordancia con lo
anterior, Piaget dice que en el desequilibrio se aprende y en el equilibrio se
vive en el confort. (Ver exposición en prezi: http://prezi.com/vs8ss8ig3fja/viaje-por-corea-del-sur-2012/)
Y ahora, estamos
aquí cada uno de los profesores que viajamos a Corea del Sur, de nuevo en
nuestra realidad. Cada uno de estos
profes, al parecer consideró en algún momento de sus vidas que no era tan malo
cambiar su realidad desde su apuesta educativa y con ideas que a medida de los
años cogían forma y sentido.
Finalmente, comparto
el sueño de piscitelli “Preservar (vivo)
el pasado, entender el presente y diseñar el futuro” pero no el hacer de este país
que desprecia el recurso intangible como son los cerebros de esos estudiantes
que educamos en situaciones deplorables e inaguantables. Y vendemos, como es
conocido en estos días, muy barato el recurso tangible de lo que nos pertenece y
nos hace envidiables.
Y tu profe qué
piensas???