jueves, 14 de octubre de 2010

EL CURRÍCULO HETEROGENEO EN LA UNIVERSIDAD Y OTRAS CUESTIONES

La Universidad como institución social de formación de Educación Superior manifiesta en sí misma la diversidad tanto entre entidades, programas, facultades, institutos grupos de investigación, organización administrativa, entre otros elementos y procesos infinitos que caracteriza su naturaleza, pero en principio, para analizar el núcleo problémico del segundo desafío de este seminario que se pregunta cómo puede la Universidad abordar la diversidad cognitiva y cultural aprovechando las oportunidades que ofrecen las TIC, se abordará la reflexión más específicamente en abordaje del campo dilemático del currículo. En este sentido, la Universidad dentro de sus programas de formación independiente de sí es pública o privada, nacional, distrital o regional, con amplia o escasa trayectoria académica, con organización y planeación, etc, es importante reconocer que no se escapa de la conformación e implementación de sus respectivos currículos y cómo desde allí, es una de la base clave, por lo menos teóricamente, de los procesos de enseñanza-aprendizaje de los docentes y estudiantes en cada aula de clase.


Para ello, entiendo como currículo a modo personal como todas aquellas tomas de decisiones que tiene el docente frente a qué se debe aprender, cómo se debe aprender y cómo se evidencia que se puede aprender los estudiantes en un período especifico de tiempo otorgándole al mismo, cierta organización y estructura de manera formal. Este concepto lo traigo a colación porque considero que es necesario y fundamental darle la importancia que tiene el currículo y sus implicaciones en la transformación frente a los cambios que debe afrontar la Universidad en la Sociedad de la Información que es presionada, sólo por citar algunas, en el sentido económico por la transformación del trabajo o el mundo laboral, en el sentido político en la regulación de las políticas trasnacionales y extranjeras y en sentido cultural frente a las identidades de las prácticas sociales. Frente a estas presiones económicas, políticas y culturales del siglo XXI, en el campo de la educación no muestran cierta respuesta de satisfacción a las necesidades sociales y “lo que se observa en la actualidad en América Latina es una radical incapacidad de la universidad para “pensar” y “expresar” reflexivamente el cambio de la sociedad que viene con la globalización, la revolución científico-tecnológica y con el nuevo papel que el conocimiento empieza a jugar en todos los ámbitos de la sociedad. La universidad latinoamericana contemporánea no representa ni de lejos una síntesis de comprensión de la época y sus cambios. Y no hablo aquí de una “crisis de la universidad” en el sentido de su organización, gobierno, management, financiamiento, etc.; es la propia “idea de universidad”—su espíritu, por decir así—que está desalineada, en desequilibrio, respecto al entorno. “(Brunner, 2000)


En este sentido, la Universidad debe replantear sus prácticas educativas y dentro de ellas, el horizonte de lo que orienta su ejercicio educativo, es decir, que los nuevos currículos universitarios deben plantearse con el fin de que esos próximos profesionales a demás de “saber un qué”, se puedan aproximar a un “saber cómo” que pueda evidenciar en estos ciudadanos habilidades de adaptación a un mundo en constante movimiento en donde esas profesiones no son estáticas sino que su desempeño laboral se dan en diferentes áreas, sin relación a lo largo de la vida y que por lo tanto, el nuevo profesional debe permanecer en un proceso continuo de aprendizaje en donde el conocimiento crece exponencialmente a nivel global solicitando habilidades o aptitudes de creatividad, iniciativa, innovación en el individuo para el efectivo desarrollo de la competencia con otros sujetos dentro de una organización o institución (Siemens, 2004; Barbero, ….. ). Pero, a pesar de encontrar estas nuevas necesidades de “la economía del aprendizaje” que impulsa transformar el currículo a las competencias básicas para el trabajo, es importante, preguntarnos si es sólo satisfactorio que un profesional tenga un saber en hacer cosas pero para qué?, sólo para el mundo de la producción o tiene algún significado vigente el sentido humano del ser y el convivir con el otro sin tratar de ganarle a mi contrincante pasando por encima llevando a que un sujeto pierda y el otro gane con la etiqueta del éxito; recordemos que se entiende por competencia como el conjunto de habilidades o destrezas que se traduce en una conducta o comportamiento en una situación determinada pero también se determina como el “término empleado para indicar rivalidad entre un agente económico (productor, comerciante o comprador) contra los demás” .


Es por ello, que cuando la Universidad asume abordar los cambios actuales que frente a la sociedad y esos educandos se establecen, con una reforma curricular seria y profunda en los programas académicos, entonces, “…el currículo, con todo lo que implica en cuanto a sus contenidos y formas de desarrollarlo, es un punto central de referencia en la mejora de la calidad de la educación y de la enseñanza, en el cambio de las condiciones de la práctica, en el perfeccionamiento de los docentes en la renovación de las instituciones escolares en general de los proyectos de innovación de los centros educativos” (Caro, 2006). Entonces es importante reconocer que los problemas políticos y económicos no son los únicos que debe atender la educación, aunque por ella se establezca la mayoría de lineamientos y políticas públicas estatales. En este sentido, una de las políticas públicas colombianas hablan sobre la atención de la diversidad e interculturalidad de las variados pueblos y comunidades pero en muchos currículos universitarios su permanencia es casi invisible, cuando en la diversidad se expresa la diferencia y la riqueza infinita de la naturaleza tanto en la biología, ecología, etc, como de las identidades socioculturales de los seres humanos. Así como también en esta línea, se propone que los currículos educativos respondan a los diferentes estilos de aprendizaje que presentan los estudiantes en sus correspondientes rasgos cognitivos y fisiológicos (Gardner, ; ), permeando en la formación del educador permanentemente esas nuevas formas de enseñar en base al currículo como una de sus herramientas básicas para estimular los procesos de aprendizaje. Es claro, que frente a estas diversidades denominadas cognitivas en donde el estudiante no aprende de la misma forma pero también llamando a la realidad del educador en donde la educación no es personalizada sino masiva en las aulas de clase tanto al nivel superior como al nivel de la escuela. En las presiones de los cambios económicos y políticos con su conexión al sector productivo, se plantea en el ejercicio docente un llamado a la flexibilidad curricular, a la calidad, la pertinencia educativa y a los resultados por medio de la evaluación. Pero desde el discurso nacional, la Universidad es pertinente cuando actúa de forma heterónoma, cuando responde a agendas compartidas establecidas por el estado y el sector productivo (Malagon,…) una muestra de esta dinámica en el documento de la Revolución Educativa 2002-2010 desarrollado por el anterior gobierno nacional que dice lo siguiente: “la política de pertinencia en educación busca que el sistema educativo forme el recurso humano requerido para aumentar la productividad del país y hacerlo competitivo. Pero adicionalmente se viene trabajando en cinco líneas: la introducción del uso de TIC en todo el sistema educativo, el desarrollo de una oferta académica pertinente y de calidad, el seguimiento al ajuste entre la oferta y la demanda de educación, el fomento de la innovación y la investigación, y la puesta en marcha de un programa de bilingüismo” (MEN, …). En este sentido, la pertinencia que es un término complejo con múltiples definiciones, para el estado colombiano se define pertinente si “el recurso humano aumenta la productividad” y entonces, las instituciones educativas deben enfocarse a formar un ser humano para la producción y dejamos de lado la contribución que un sujeto debe hacerle a la cultura, ya que cuando hay producción que es un término netamente económico e industrial y que puede entenderse como todos aquellos procesos que nos lleva a la conformación de un producto o servicio que permite satisfacer a un consumidor y desde allí construir riquezas para un país, no hay cabida o puntos comunes de la cultura con la producción ya que en este sentido al producir un producto, por ejemplo, a pesar que la producción tenga conexiones con el mercado, estos procesos no contribuyen directamente al reconocimiento del legado histórico de nuestra sociedad, a las representaciones simbólicas de las diversas formas de pensar y abordar los problemas de los sujetos e individuos o a las comunidades.


En concordancia con el MEN, determina como pertinente al incorporación de las TIC en los procesos educativos, muestra a su vez todos aquellos esfuerzos durante estos años en la infraestructura que las instituciones educativas deben tener y en los proyectos frente a la capacitación para el uso de las TIC, así como se deja claro, que uno de los fines de incorporar esas TIC en la educación es para responder a la cobertura educativa nacional y costos, promoviendo y potenciando la educación virtual. Estas intencionalidades estatales recae directamente en las prácticas educativas de los actores institucionales pero también recae en el horizonte frente a la calidad que se puede tener de la educación colombiana, porque no es lo mismo, calidad que pertinencia, así como tampoco una relación bidireccional, es decir, cuando existe pertinencia no necesariamente hay calidad, pero en cambio, cuando hay calidad pueden haber procesos pertinentes.






Es muy premeditado y pretencioso conceptualizar a la ligera la calidad, pero en términos generales, la calidad es asociado con aquellas cualidades que tiene un individuo, comunidad, objeto o sistema que es comparado con otro de la misma especie; en el caso, de las Universidades es un poco complicado medir estos procesos y comparaciones, pero hay entidades que se han tomado esta labor y sacan una lista nacional e internacional que miden los diferentes grados de calidad de la misma forma. Dentro de los diálogos problémicos en términos generales, cuando se mide la calidad no se toman en cuenta la diversidad que tiene cada Universidad y eso mismo pasa con las escuelas que prestan servicios al nivel básica y media, es también, preocupante, las presente contradicciones de las presiones estatales frente a las necesidades reales del país, me pregunto, ¿el problema real del país es producir, para quién, qué se produce, de qué forma se produce, cómo se produce actualmente, la producción realmente genera riqueza, pero qué tipo de riqueza, cuándo educamos para producir mejorarnos la calidad de la educación del país?. Es muy importante reconocer que aunque se hacen acciones pertinentes como hace el MEN frente al direccionamiento de la educación, como por ejemplo, la incorporación de los computadores en las instituciones y esa capacitación frente al uso de las TIC, me pregunto también si realmente la mayoría de los docentes han incorporado esos procesos educativos que promueven el currículo con la interacción de las herramientas tecnológicas y por otro lado, sí realmente estos esfuerzos han permitido mejorar efectivamente la motivación, la adecuada comunicación y el aprendizaje en los educandos en todos los contextos, que son unas de las potencialidades propuestas por las TIC, pero resulta que si estos esfuerzos son realmente positivos ya los problemas de la educación estarían resueltos y dejaría las TIC como las salvadoras del Universo.






La respuesta a este desafío no queda agotado en un documento, ni en las discusiones del seminario en educación por la amplitud y la complejidad del mismo, pero se propone comprender y redireccionar la formulación curricular de los programas que ofertan las Universidades para establecer y para dar algunas respuestas a las necesidades actuales que la sociedad tiene tanto en el campo económico y político, pero también, a las necesidades culturales que tiene la diversidad como los grupos indígenas que muestra una “oferta tardía y deficiente, segregada, poco significativa desde lo lingüístico y cultural, poco significativa, expulsora temprana y destructora de la propia identidad” (Shmdkes, …), por lo tanto, Shmdkes propone un “Curriculo interculturalizado” como un primer paso para que las Universidades convencionales pasen a la interculturización y se aborde las necesidades regionales desde la diversidad biocultural y la multiculturalización. Esta herencia cultural debe cuidarse y protegerse ya que es una visión del mundo con mucha riqueza lingüística, histórica y biológica que no puede perderse dentro de los currículos y que de alguna forma compromete a que el uso de las TIC en los procesos de enseñanza sea lo suficientemente abiertos y dinámicos para que no se pierda los horizontes culturales que amenazan con homogenización e integración de las culturas. En este sentido las TIC pueden llegar a orientar las demandas y necesidades de las comunidades por ejemplo en la cobertura educativa puede promover procesos educativos que mejoren de alguna forma las formas de enseñanza de los docentes y de aprendizaje de los educandos, pero es claro que debe darle un sentido y horizonte a los propósitos que implican educar en la diversidad.


1 comentario:

  1. En términos generales, creo que haces un análisis crítico al hecho de que la Universidad responda más a lo económico que a lo cultural y cómo pensando mejor los currículos sería una posible solución al desafío; sin embargo, considero que te falta ahondar más en el asunto de la diversidad cognitiva y cultural no como el análisis del fenómeno que está ocurriendo sino como posibilidad de visibilización más allá del currículo, porque si bien el currículo puede decir que proporciona una educación intercultural y que atiende todas las diferencias (independientemente de la índole que sean) no quiere decir que eso se lleve realmente a cabo porque es posible que en el currículo oculto se “eliminen” esas diferencias. La gran pregunta es cómo desde las políticas educativas de la Universidad, hasta el aula de clase (sea o no presencial) no sólo se diga que se tiene en cuenta la diversidad, sino cómo, efectivamente, puede hacerse.

    Ahora bien, me gusta la forma como analizas la inclusión de las TIC e incluso cómo tomas distancia de al mencionar que aunque son importantes, ellas per se no mejoran la calidad de la educación ni la hacen más pertinente.
    Para finalizar, te sugiero que revises la utilización de los signos de puntuación, pues a veces haces algunos párrafos muy largos donde se pierde o mejor se mezcla la idea principal con otra idea que requiere un desarrollo aparte; además también haces unas explicaciones (entre comas) muy largas que hace que se pierda el hilo de lo que venías hablando.

    Espero que estos comentarios te sirvan para cualificar tu trabajo, un abrazo.

    Andrea

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