PALABRAS CLAVE:
Educación en tecnología, historia de la educación, políticas
nacionales, tecnología.
RESÚMEN EJECUTIVO
La tecnología es un producto de las sociedades industrializadas, por lo tanto,
pertenece a una cultura burguesa.
Actualmente, nuestro país depende de estas ideas desarrolladas después de siglo XVI cuando se da el
decaimiento del feudalismo y empieza el
naciente capitalismo.
Pero, ¿Cuáles serían las causas y procesos a nivel histórico que posibilitaron la educación en tecnología
en Colombia como respuesta a los intereses de desarrollo?, ¿Cuál es el paralelo
entre la educación en tecnología y la
industria, ya que la tecnología ha sido pensada desde allí?, ¿Cómo se determina
la educación en tecnología desde el Ministerio de Educación?, ¿Qué sentido
tiene la palabra “tecnología”? ¿Qué sentido tiene la educación en tecnología en
Colombia?
Con base a esto, se presentarán
momentos de la historia de la educación para establecer elementos
introductorios y de sentido tecnológicos a la par con la historia de Colombia.
Así mismo, se mostrará cómo las políticas nacionales apuntan al desarrollo de
la tecnología en el ámbito educativo. Se comentará el uso de la tecnología más
no el conocimiento conceptual de la misma y por último se cuestionará la
educación en tecnología.
RECORRIDO HISTORICO DE
LA EDUCACIÓN EN TECNOLOGÍA
Colombia es un país en vía de desarrollo que ha imitado, en su afán de
querer pertenecer a los países desarrollados del mundo sus proyectos en cuanto
a la industria, la cultura, la tecnología y todo lo que tenga matiz de cumplir
ese objetivo. Es por ello, que en
Colombia están desarrollando un proyecto de Educación en Tecnología que ha sido
pensado para desenvolverse en la industria, porque creen que de ésta manera el
país alcanzará el cierto nivel desarrollo propagado por los otros países.
El ideal del sujeto aquí ya no está en función del conocimiento sino en los
agentes económicos adaptando al individuo en ello por medio del sistema
educativo. Esto ha llevado a que la
mayoría de las instituciones educativas incentivan a la formación de personas con la mentalidad mercantilista sin
garantizar, que de esta forma, se generé progreso en el país. Entiendo, la mentalidad mercantilista como
ideas prioritarias frente a los números y no frente a las personas en su
entorno humano.
La imitación que se realiza a menudo en nuestro país se debe a la
desigualdad en la competencia entre países y los distintos grupos humanos. La
competencia, como una forma de vivir el capitalismo, genera, en la mayoría de las
veces, que los que pierden son más que los que ganan la competencia. Como es
claro, Adriana Puiggrós habla sobre el neoliberalismo pedagógico que sostienen un modelo educativo que es un
facsímil (reproducción exacta) de las reglas del mercado, se basa en la competitividad
absoluta de las instituciones y los individuos(Puiggrós, 1996). Pero el
capitalismo ahora considero que es
cognitivo, a lo que me voy a referir como “capitalismo cognitivo” utilizando el
conocimiento y la información como elementos necesarios de producción y control
de los sujetos utilizando como medio
eficiente la llamada Tecnología de la Información y la Comunicación- TIC.
En este sentido, los países en desarrollo estamos atrasados hasta en el
“capitalismo cognitivo” ya que va siempre en el camino a la imitación o facsímil
en los modelos que han servido a los países desarrollados pero que para nada
son semejantes a la realidad nacional. Es valerse de ideas ajenas para
construir e interpretar nuestra realidad.
Ahora bien, cualquier sistema evolucionado de controles sociales utiliza
como herramienta demasiado importante para preservar y sostener este sistema es por medio de la educación.
Recurriendo a los factores históricos la educación en tecnología se
pretendió estructurar en el siglo XX y
XXI. La Educación en Tecnología en Colombia es una modalidad de la formación
para el trabajo para la industria.
Su evolución histórica comienza en 1821 en el Congreso de Cúcuta, en el
cual se fomentaron las modalidades de formación para el trabajo productivo.
En 1825, Bolívar recomendó la creación de una Escuela de ingeniería Civil y
se lamentó de la abundancia de médicos y abogados mientras faltaba muchos
mecánicos y agricultores, verdaderos creadores de riqueza y el bienestar para
el país (Gómez, 1991); en este mismo año en Colombia el uso del vapor fue un
impacto en las fuerzas productivas nuevas en esa época dando el arribó del
vapor “fidelidad” al río Magdalena comprado por el alemán Juan Bernando Elbers
y obtuvo un fracaso con este negocio porque no contó con los intereses de la
naciente burguesía, contaba con poco capital y no existían ayudas mecánicas y
el pilotaje fluvial (Fals, 1979 ) y habían grandes necesidades de personas con
conocimientos mecánicos y fluviales.
En 1826 se promulga la Ley General de Educación, en la que se destacaba la
educación en ciencias y oficios útiles como promotor del desarrollo del país.
Paralelamente hubo un triple proceso económico ya que primero hubo una
concentración minoritaria de la tierra, segundo hubo aumento de la producción y
productividad y tercero hubo una liberación parcial de las fuerzas de trabajo.
Es por ello, que de 1860 a 1870 empezó a tener éxito la organización de
programas de formación para el trabajo industrial. En 1867 se creó la Escuela
de Artes y Oficios de la Universidad Nacional y la Escuela de Ingeniería Civil
que posteriormente en 1903 se convirtió en la Facultad de Matemáticas e
Ingeniería. En 1873 se creó la Escuela de Artes y Oficios de Medellín y en esa
ciudad en 1888 se creó la Escuela de Minas que formó a los primeros técnicos
altamente calificados en Colombia.
Se dio la revolución del tabaco creando grandes plantaciones en las
haciendas, modificando las relaciones de producción que existían con los
trabajadores y la ganancia de los hacendados empezaron a convertirse en
empresarios agrícolas. La segunda revolución fue la ganadería que mejoró
gracias a la importación de semillas “artificiales” para los pastos, y la
adopción del alambre de púas. Y la tercera revolución fue la del café, donde se
dio la producción para la exportación empezando en el año 1900 al 1905 y
especialmente en 1914 en Antioquía. En esta época la combinación de las tres “revoluciones”
económicas llevó a un despegue capitalista importante a nivel nacional.
“En 1911 la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) en su primer
congreso nacional, reforzó La tendencia expansiva del capitalismo agrario que
ya comenzaba, al pedir enseñanza técnica, vinculación al sector financiero, a
la política agraria y la construcción de más ferrocarriles” (Fals, 1979)
Los grupos dominantes nacionales no tenían “psicología del ahorro” y
despilfarraban el dinero, imitando a las clases adineradas de Europa. Aquí comienza la imitación de las costumbres
de otros países alejando el arraigo cultural.
En 1920 aproximadamente empezó a existir la necesidad de personal técnico
altamente calificado para la industria nacional y los ferrocarriles que en su
mayoría tuvieron que importar técnicos extranjeros. Las otras ofertas de la
formación de Artes y Oficios eran brindadas por unas pocas escuelas
industriales, como la Escuela Industrial Oficial de Medellín, la Escuela
Industrial de Bogotá, el Instituto Salesiano Justo Berrio y la Escuela de la
Sociedad San Juan Bosco, en las cuales funcionaban talleres de electricidad,
fundición, carpintería y mecánica, para la formación de la fuerza de trabajo
calificada en la incipiente industria nacional. Desde entonces, surgió el interés
por la formación de personal “intermedio“.
En 1948 al Estado crea tres categorías para las Escuelas de formación para
el trabajo como son las Escuelas Artesanales con 2 años de estudios, las
Escuelas de Artes y Oficios con tres años de estudio y con el título de perito
y los institutos técnicos con título experto y 5 años de estudio; 7 años de
estudio se daba el título de técnico. Pero esta formación continuaba teniendo
un bajo status social debido a que la baja calidad de estos Institutos Técnicos
Industriales y las Escuelas de Artes y Oficios por su formación atrasada
comparada con el desarrollo industrial y muy poca sujetos formados en este
campo.
Por el Decreto N. 2586 del 3 de agosto de 1950 se creó el “Instituto
Colombiano de Especialización Técnica en el exterior, ICETEX” por Mariano
Ospina Pérez (CACUA, 1997) y uno de los objetivos con los que creó el ICETEX
fue el de financiar en el exterior de técnicos al nivel superior.
El Estado adoptó el modelo brasilero de formación profesional financiado
por el sector productivo creando entonces en 1957 el Servicio Nacional de
Aprendizaje (SENA) con el fin de preparar mano de obra calificada en un campo
específico de las necesidades de la empresa.
“En este contexto es que aparecen, a principios de la década de los 70, las
ideas sobre las necesidad de una formación tecnológica, distinta y superior a
las anteriores modalidades, cuyo objetivo sería la formación de un técnico
superior o de alto nivel, el que posteriormente sería denominado “tecnólogo”
(Fals, 1979)
La educación rural se reforzó por el Decreto N. 603 del 4 de marzo de 1966
que estableció los “Institutos Técnicos Agrícolas, ITAS”, facultados para
lograr el título de “Bachiller Técnico Agrícola”. En 1969 el gobierno delegó
con el Gerente del Instituto Colombiano de Construcciones Escolares, ICCE, la
dirección administrativa de los “Institutos de Enseñanza Media Diversificada,
INEM” y de los “Institutos Técnicos Agrícolas, ITA”.
“Después de la Segunda Guerra Mundial comenzó en América Latina una
preocupación por el desarrollo económico. Ya a finales de los años 50 y durante los 60
esa preocupación se plasmó en los llamados “Planes Generales de Desarrollo”.
Tales “planes no han sido programa efectivos sino meras elaboraciones de temas.
No han puesto la atención a los problemas de cómo introducir la tecnología en
una forma racional para alcanzar las metas de desarrollo” (Fals, 1979), es por ello que en la práctica
el desarrollo se da por la imitación de
los países subdesarrollados como Colombia a los países desarrollados, en cuanto
a la producción, de consumo y a su tecnología (BARACHOUGH, 1973).
Si hacemos un paralelo con la historia de América Latina con respecto a la
educación y su tecnología nos damos cuenta que la tecnología en América Latina
se enmarca temporalmente desde la época precolombiana hasta el siglo XX.
Desglosa los desarrollos precolombinos de la cultura Maya, Azteca e Inca y se
ha sugerido que esta contó con una base tecnológica local bien desarrollada en
la agricultura, arquitectura, la ingeniería y sus formas de organización
social. Posteriormente, muestra como el
descubrimiento de América, encabezado por los españoles, estanca la tecnología
local para imponer su cultura, una cultura que al otro lado del continente es
ausente de los grandes desarrollos científicos del período post-renacentista
que marca la pauta para que ciertas partes de América queden determinadas en la
teología e implicaciones ideológicas. Aunque hubo en el siglo XVII la fundación
de varias universidades en la América hispánica por parte de los jesuitas, que jugó
un rol importante para mantenerla tradición europea en los dos primeros siglos
de la colonia, al no tener una base sólida de conocimiento apoyado por los
factores políticos y económicos de los países en cuestión se altamente
subordinado a los cambios europeos.
También el proceso de las doctrinas positivistas en Latinoamérica fue al
revés ya que el positivismo científico no se originó en la ciencia, sino la
ciencia se originó de la experiencia científica, demostrando que hasta entonces
ninguno de los países de América Latina había logrado construir de forma bien
establecida en la ciencia y la tecnología, siendo incapaz de realizar aportes
significativos al nivel mundial. Esto es debido a que había una ausencia a la
demanda social para la ciencia, además no había un espacio favorable para las
actividades científicas y había inestabilidad política y económica en estos países. Creando como consecuencias que en el
inicio de la ciencia industrial y su evolución en el siglo XX y XIX se ve de
forma regular y dependiente de extranjero.
Por ello, la historia en nuestro continente muestra las causas que se
desenvuelven en la historia de nuestro país y lo que se formó a nivel mundial
repercute a nivel nacional y así mismo a nivel local. Se puede analizar que la historia muestra cómo
en el siglo XIX y XX se da un alto contenido de importación de obras de
infraestructura y de insumos tecnológicos como fueron las embarcaciones, la
minería, la artesanía, entre otras, que determina claramente la incapacidad
empresarial e industrial latinoamericana dejando en manos de extranjeros, transfiriendo
la mayoría de sus utilidades a sus países de origen, estableciendo normas
técnicas impulsados por las TIC, todo en busca de la
productividad, provocando el aumento de la importación tecnológica y su
respectiva dependencia, sin importar la realidad sociocultural en donde se
desenvuelve. Como también, la educación en tecnología envuelve conjuntos de acontecimientos
históricos formulados desde miradas extranjeras
como ésta crea formulaciones ideológicas de lo que se piensa como
objetivo.
La historia de la educación, la tecnología en Colombia y la historia de la
ciencia y la tecnología en América Latina que se acaba de retomar es para
analizar las causas que nos llevó a ciertas consecuencias de cómo estamos en
este momento.
UN ANÁLISIS DESDE LA PALABRA
TECNOLOGÍA
Si analizamos hoy cualquier documento de educación en tecnología, por
ejemplo la “Propuesta para la educación básica“, realizada por el Ministerio de
Educación Nacional en el año 1996, al querer definir la palabra tecnología para
sustentar la educación en tecnología, como tal dice lo siguiente:
“La tecnología, como fenómeno
cultural, es el conjunto de conocimientos, que han hecho posible la
transformación de la naturaleza por el hombre y que son susceptibles de ser
estudiados, comprendidos y mejorados por la generaciones presentes y futuras…la
tecnología como producción humana, relacionada con los saberes implicados en el
diseño de artefactos, sistemas, procesos y ambientes en el contexto de la
sociedad”. (MEN, 1996)
Según esta definición, todos los conocimientos serían tecnología, por
ejemplo, las matemáticas, la física, la ciencias sociales, entre otras áreas,
son “fenómenos
culturales”, también es “el conjunto de conocimientos, que han hecho
posible la transformación de la naturaleza por el hombre y que son susceptibles
de ser estudiados, comprendidos y mejorados por la generaciones presentes y
futuras”. Entonces, estas áreas del conocimiento también deberían
llamarse tecnología.
Leyendo entre líneas el texto dice que la tecnología “como producción humana”, entonces el acto sexual como forma de
producción humana o la producción humana en las industrias también sería tecnología.
En cambio, las demás palabras
relacionadas con el concepto se acercan al concepto de tecnología, como diseño
de artefactos, sistemas y procesos.
Analizando esta definición de tecnología en el texto es muy claro que el
concepto es muy vago porque no estaba delimitado, como lo decía Tomas Buch: “si se
hace parte la tecnología una categoría demasiado abarcativa, se corre el
riesgo de que se pierda fuerza como criterio de clasificación y por otra parte,
parecería que se propone analizar toda la cultura en los criterios tecnológicos,
incurriendo en una deformación ideológica, la tecnocracia” (BUCH, 2002)
De acuerdo a lo anterior, no se sabe qué es la tecnología en el texto del
Ministerio de Educación Nacional aunque uno tenga la impresión de saber. Una
cosa es el concepto y otra es la palabra. Se tiene la ilusión de porque
utilizamos constantemente la palabra sabemos o comprendemos el concepto.
A modo de cierre de este ensayo, considero que los errores de los
profesores y profesoras al llevar la educación
en tecnología en Colombia en las aulas se debe a un desconocimiento histórico-cultural
sobre su formulación y aplicación en los escenarios educativos en las áreas de
tecnología e informática (que fue implementada por Ley General de Educación
como área obligatoria en el año 1991) y de algunos Departamentos de Tecnología de la
Universidades Colombianas que forman profesionales para enseñar ésta área pero
que desconocen su impacto, compresión e innovación tecnológica que se puede
desarrollar en las aulas.
Hoy, más de 20 años después de que se ejerza ésta asignatura, en algunas
instituciones se sigue enseñando los recuerdos tecnológicos prestados del siglo
XIX y XX con computadores del siglo XXI. Ahora bien, también es importante
rescatar aquellos profesores que desde sus aulas han podido transformar la
forma de educar en tecnología, pero en realidad son casos aislados exitosos y
no como una política organizacional educativa y de política pública.
Ahora bien, me pregunto: ¿qué paso
con la propuesta muy decente realizada por el profesor Jaime Hernández con el documento denominado “Propuesta relacionada con los saberes implicados en el
diseño de artefactos, sistemas, procesos y ambientes en el contexto de la
sociedad”?. Este documento diseñado en la Secretaria de Educación Distrital
tiene elementos interesantes de cómo se debería llevar curricularmente al aula
el tema de la educación en tecnología pero aun no ha sido ampliamente utilizado
masivamente en los colegios públicos en el área de Tecnología e Informática.
Las preguntas finales de reflexión que me abordan son: ¿Qué sentido tiene la educación en tecnología cuando ni
siquiera sabemos a ciencia cierta que es la tecnología o seguimos textos
precarios institucionales? ¿Qué haría enseñable como disciplina tener este concepto claro aplicado a nuestro
contexto Colombiano? ¿Qué sentido tiene la educación en tecnología cuando nació
históricamente en nuestro país por la necesidad de imitación para la ilusión de
desarrollo?¿Qué sentido tiene la educación en tecnología cuando la mayoría de
artefactos tecnológicos que usamos son importados y ni siquiera le prestamos la
debida investigación “ignorando que la ciencia y la tecnología se han
convertido en la mercancía más preciada que se compra y se vende al precio que
le asigna a quien la posee”(CHAVES, 1978)?¿Qué sentido tiene la educación en
tecnología si los profesores a nivel nacional hace cada uno lo que entiende por
esta área y en algunos casos, enseñando la tecnología del siglo pasado mediante
los computadores y el internet del siglo XXI? ¿Qué sentido tiene la educación
en tecnología? Es lo que un profesor o profesora decente en este país que
enseña está área de Tecnología e Informática debería hacerse.
Escrito por: Profe Alexandra Sierra
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